viernes, 2 de julio de 2010

Me encuentro al borde de la cornisa, a punto de caer. Miro hacia abajo y sólo logro divisar oscuridad, incierta oscuridad. Camino con sumo cuidado, con las piernas temblorosas en cada paso.
El miedo me nubla los sentidos. Siento el suelo aflojarse, pero siento una fuerza que me toma de la mano, impidiendo mi caída. Miro y te veo a vos, reafirmando tu promesa de no dejarme caer. Tus ojos me iluminan un poco el camino y tus abrazos me acompañan a recorrerlo.
Tus palabras de aliento son, hoy por hoy, mi motor. Hasta puedo sentir que sonrío, yo diría, involuntariamente. Será que estar con vos me hace feliz dentro de tanta tristeza.